miércoles, 11 de mayo de 2016

Educación Emocional en el colegio

La siguiente entrada fue publicada por mí en la Revista Digital de Magisterio "El Recreo"; me parece adecuado presentarla también en este blog puesto que pienso que la Educación Emocional está relacionada con la pedagogía y la sociología: desde la primera rama, se pueden innovar y mejorar las técnicas que la enseñan para incluirla en la formación escolar de los alumnos; por otro lado, sirve para fomentar una socialización con el entorno del alumnado.

   Tradicionalmente, la formación escolar se ha basado en la enseñanza de una serie de conocimientos académicos relacionados con los contenidos con los que las leyes han conformado las asignaturas, independientemente de que fueran teóricos o prácticos, pero, generalmente, en las escuelas se ha hecho poco hincapié en educar en valores sociales y morales a los alumnos. Con esto me refiero a la ausencia de materias como tal cuyo fin sea el desarrollo personal de los individuos desde el punto de vista social, en otras palabras, en el colegio no existe ninguna asignatura que se encargue específicamente de enseñar a los niños a ser ciudadanos y a que sepan desarrollar la respuesta más adecuada ante los problemas que puedan surgir en su futuro sino que esa tarea se lleva a cabo de forma espontánea por el profesor cuando se dan conflictos que afectan a la convivencia en el aula. Los niños del presente son las generaciones del futuro; los centros educativos deben asegurarse de ofrecerles y aportarles una educación completa en los dos ámbitos expuestos anteriormente adecuada a su edad y que comience desde pequeños. Una de las propuestas que hago para conseguirlo sería la implantación en el horario escolar de una asignatura que enseñara educación emocional.
   “La educación emocional es una forma de prevención primaria inespecífica, consistente en intentar minimizar la vulnerabilidad a las disfunciones o prevenir su ocurrencia. Cuando todavía no hay disfunción, la prevención primaria tiende a confluir con la educación para maximizar las tendencias constructivas y minimizar las destructivas” (Mayer y Salovey, 1997; Saarni, 1988). Partiendo de que en el proceso educativo se da una educación formal constante pero improvisada y no oficial y que esta depende de las experiencias vitales que los sujetos hayan tenido, se puede afirmar que la competencia que ganan los niños en este aspecto en el colegio es tan escasa y pobre que no van a tener una base establecida mediante la cual ser capaces de resolver conflictos emocionales y sentimentales de manera autónoma.
   Hace un tiempo que llevo reflexionando acerca de la falta de la instauración de la educación emocional en el colegio y de la necesidad que los niños tienen de ser competentes en ella. Comencé con este tipo de cuestiones cuando al no saber cómo solucionar una situación que había surgido en mi vida, leí un texto de una página web dedicada a la educación emocional que hablaba sobre los sentimientos negativos (como la tristeza, el dolor o el sufrimiento) y sobre cómo enfocarlos a los niños. El caso es que lo que encontré en aquellas palabras me sirvió de gran ayuda con el problema que había tenido y entonces pensé en lo importante que es tener ciertos conocimientos generales y personales sobre las emociones y los sentimientos desde pequeños para que cuando surjan los obstáculos en la vida, se puedan manejar mejor y de manera madura las circunstancias dadas. Especificando en el sentimiento de tristeza y en el texto que de este trataba, se exponían consejos para que los niños se liberaran del dolor y no cayeran en depresiones como por ejemplo llorar cuando hiciera fatal, hablar sobre el problema con personas de confianza e intentar no ser negativo. Si un texto en el que se recoge cómo enseñar a asimilar un sentimiento tan fuerte como es la tristeza y que puede desembocar en graves consecuencias está destinado a los niños y es capaz de ayudar a personas adultas, ¿no sería mejor trasmitir este aprendizaje emocional en la escuela, que es la encargada de la formación total y completa de los pequeños, para evitar que las malas situaciones relacionadas con este ámbito se agravaran? Principalmente, apoyo que desde el colegio se enseñe educación emocional de un método tan serio como se podrían explicar las matemáticas o la lengua para fomentar la autonomía y el desarrollo personal del alumno. Es muy útil porque en muchas ocasiones en el futuro llegarán conflictos emocionales a la vida de estos niños y entonces, ¿ellos sabrán cómo superarlos?

domingo, 8 de mayo de 2016

PÓSTER


domingo, 1 de mayo de 2016

Investigación histórica sobre la educación

En el siguiente vídeo aparecemos mis compañeras y yo interpretando a las generaciones que nos ha precedido (abuelas y madres) basándonos en la información sobre la escuela que nos han aportado.

Vídeo: LA HISTORIA ESCOLAR DE MI FAMILIA

martes, 15 de marzo de 2016

MAESTROS, PERSONAS ESPECIALES

Un buen profesor es aquel que forma a sus alumnos tanto académica como moralmente y que, durante el proceso educativo en el colegio, se encarga de que estos sean felices. También de ayudarlos cuando tengan problemas siendo su principal punto de apoyo, y de demostrarles que aprender es divertido. Debe reunir características que lo hagan una persona diferente al resto; mi aspiración es llegar a ser una profesora única para mis alumnos y que me recuerden como una de las mejores que hayan tenido. El profesor tiene que ser una persona alegre y siempre dispuesta a hacer sonreír a sus alumnos, a animarlos y a hacer que disfruten con la enseñanza, que llegue a clase con energías y que no se detenga ante ninguna dificultad; sin dejar atrás el "buen rollo", tiene que proporcionarles una base de cultura y los conocimientos por los que ellos se interesen; debe ser una persona culta e inteligente experta en diversos temas. Siempre debe estar motivado por hacer que sus clases llenen a sus alumnos de buenas experiencias con el aprendizaje y tener ilusión por la labor que desempeña para contagiársela también a los niños; tiene que amar su profesión y trabajar con pasión, esforzándose al máximo y superándose día a día... Todo sea por los niños, que ellos formarán la sociedad del futuro. El profesor tiene que hacer ver a sus alumnos que la enseñanza no es una obligación (aunque en realidad sí lo sea), sino que es una oportunidad para descubrir el mundo de maravillas que nos rodea y todo el entramado que ello conlleva; cada cual tendrá sus gustos y será mejor en unas cosas u otras, lo importante es que no pierdan las ganas de ir al colegio. El maestro tiene que ser el mejor ejemplo y referente para sus alumnos, una figura llena de cualidades que no deje ver sus defectos ni puntos flacos; tiene que enseñarles todo lo que ellos puedan aprender sobre la vida, sobre todo a buscar su felicidad y a no dejar que los problemas puedan con ellos. Tiene que incluir en sus clases Educación Emocional aunque no esté decretado en el currículo, su misión es aportarles una formación completa y de calidad, una educación en sí para su vida. Tiene que ser innovador y estar abierto a todas las posibilidades (también tiene que contar con las ideas de sus propios alumnos); no tener una mentalidad cerrada en ningún aspecto, mucho menos al dar clase; ser creativo y fomentar la imaginación en sus alumnos, la exposición de sus ideas sin que tengan miedo a equivocarse... Hacer que cada día esos que son niños en sus clases, se vayan convirtiendo en personas un poco más independientes y libres, capaces de manejarse por sí solos y con pensamientos críticos. Fomentar la práctica y la investigación para desarrollar en ellos el autoaprendizaje y para que averigüen cuáles son sus gustos y sus capacidades. El profesor tiene que transmitir bienestar, ser paciente y compresivo, tener mucha empatía y saber colocarse en el punto de vista de los demás. Tiene que ser respetuoso y amable; generar confianza para que sus alumnos le cuenten sus cosas y para tener una buena relación con los padres y tutores legales de estos. Capaz de ser buen observador y detectar los detalles que ocurran en su clase; de encontrar soluciones y respuestas para todas las situaciones que surjan. Que no pierda la esperanza ni el ánimo, que sea un soñador con los pies en la Tierra y que aspire siempre a más (a más de sí mismo, a más de sus alumnos, a más del centro escolar en el que trabaja). Tiene que sentir todo lo que involucra su profesión, la repercusión que tiene en la vida de unos niños cuya educación depende de él... El maestro es la persona que inspira para la vida a los niños que la están empezando. Tiene que sentir, querer vivir, tener ganas; y hacerles sentir a sus alumnos, hacerles descubrir sentimientos y emociones, hacerles cada día más humanos tratándoles como personas especiales, hacerles felices (el fin de la vida). Debe tener una personalidad fuerte, con carácter, que no se deje llevar por pensamientos e ideas contrarias a las suyas: tiene que ser justo y coherente en sus actos. Tiene que fomentar el ser buena persona en sus alumnos, la inteligencia (para que "de buenos no sean tontos"), la honestidad, la igualdad y el respeto, el saber estar y la educación, enseñar el valor y la belleza de la diversidad. A querer a sus familias y a sus amistades. También a ser natural y a quererse a uno mismo tal y como se es, a no querer cambiar la autenticidad de cada uno, y a hablar bien, que es algo que siempre me han dicho mis padres y que me parece muy importante: el hablar sin decir palabrotas y acorde a las ideas que se tengan. El maestro tiene que ser capaz de enseñar a sus alumnos que la vida trae cosas malas y que muchas veces no es justa, pero que vale la pena vivirla; que no hay que dejar de luchar por lo que se quiere y que lo que más merece la pena es lo que te haga más feliz. Otra de sus tareas es concienciar a las nuevas generaciones de la relevante que tiene el medio ambiente para las personas y que es necesario, ahora más que nunca, cuidarlo y respetarlo puesto que todos los seres dependemos de ello. En resumen, el profesor tiene que ser todo lo contrario a lo que se denominan "personas tóxicas" y motivar a los niños para la vida, en general, para disfrutar del día a día y para aprender a superar los problemas que siempre que llegan.

Al escribir esta reflexión sobre la profesora que quiero llegar a ser me he emocionado tanto como en la charla que dio César Bona en la universidad (Antigua fábrica de armas de Toledo - UCLM). No hay mayor motivación para superar los cursos que me quedan que el deseo de aportarles a los niños todo lo bueno que puedo ofrecerles y de que ellos me enseñen a mí todo lo que sepan. Ellos son la mejor fuente de inspiración. Lo único que me queda por decir es que cada día, mis ganas de ser profesora y ejercer aumentar y que me da mucha pena los alumnos cuyos maestros no tengan vocación ni ilusión por la enseñanza.

martes, 9 de febrero de 2016

La escuela nueva

   La Ilustración es un movimiento filosófico, literario y científico que se desarrolló en Europa a lo largo del siglo XVIII. Influyó en la sociedad y renovó la manera de gobernar en los países en los que se extendió. Produjo cambios y reformas en la educación dotando a esta con los siguientes rasgos característicos fundamentales:
  • La educación es un derecho fundamental e inalienable del ser humano.
  • La educación es la vía mediante la cual se consigue el progreso individual y social.
  • La educación posee un perfil utilitario ya que, a través de ella, se pretende mejorar la calidad de vida y conseguir la felicidad.
  • La educación es crítica con las ideas basadas en la religión y se desliga de ella apoyando a la ciencia.
  • La educación tiene valor nacional, universal, obligatorio, uniforme y cívico.

martes, 2 de febrero de 2016

Recensión sobre artículo de la Educación española en la Ilustración

Las recensiones que se han recogido en mi grupo de trabajo corresponden al artículo "Jovellanos, pionero y visionario". En la mayoría de las ideas que destacamos del texto hemos coincidido, por lo tanto, estos son los aspectos claves que hemos recogido:


   El artículo Jovellanos, pionero y visionario fue escrito por María José Daniel Huerta y Chema Sánchez y se publicó en la revista Foro de Educación en el año 2005. Trata sobre la educación durante el surgimiento de la Ilustración en España y sobre las innovaciones que defendió Jovellanos, escritor, jurista y político ilustrado español, en este ámbito.
   “Igual que la mayoría de los ilustrados, una de las obsesiones de Jovellanos era la reforma de la enseñanza, lo que debía conducir a una mejora de la sociedad” (Daniel Huerta y Sánchez, 2005). En este aspecto, el artículo se centra en el apoyo de Jovellanos hacia la implantación de la Educación Física en el sistema educativo como medio de logro de una educación de calidad en escuelas públicas y desligadas de la Iglesia.
   El ilustrado sostiene una serie de ideas que apoyan le enseñanza de la Educación Física en el colegio. Entre ellas destacan el necesario mantenimiento del cuerpo saludable para conseguir una mente sana, el máximo desarrollo de las capacidades motrices y de los sentidos y el perfeccionamiento de las facultades físicas por parte de dicha ciencia y la eliminación de vicios y malos hábitos que resultan dañinos para el cuerpo. El último acento se pone en que “todos estos entrenamientos servían […] para crear unión y fraternidad” (Daniel Huerta y Sánchez, 2005).
   Se concluye con que la Educación Física enseña a los escolares el hábito de mantener una vida saludable físicamente sin ociosidad ni sedentarismo. Jovellanos también propone las actividades recreativas y lúdicas como fuente de desarrollo intelectual. En la actualidad encontramos que esta asignatura aporta conocimientos sobre el organismo humano. Por todo ello, dicha materia se considera indispensable para que exista una educación completa capaz de desarrollar todo lo posible las capacidades y competencias de los estudiantes junto con su autonomía y su buena calidad de vida.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS: DANIEL HUERTA, M. J. y SÁNCHEZ, C. (2005). Jovellanos, pionero y visionario. Foro de Educación, 5-6, pp. 120-126.